martes, 29 de julio de 2008

TORLENGUA SE ENCUENTRA CON LAS MISMAS DEFICIENCIAS DE AGUA QUE EL RESTO DE LA CUENCA DE NAGIMA

20 de junio de 1987

Pertenece a los Campos de Gómara y dentro de éstos a la zona conocida como las Vicarías. Se halla a mitad de camino de la carretera que une Gómara a Monteagudo de las Vicarías, está bañado por el río Nágima (eso de bañado es un decir, desde hace unos años, hay que esperar que lloren los pájaros para ver un poco de agua en su cauce) y su altitud es de 883 metros.
En el año de gracia de 1866, su población era de 455 habitantes y el pueblo estaba constituido por 79 edificios de una sola planta, 86 de dos y 5 de tres. Uno de esos edificios contabilizados en aquel año y ya con 100 más encima de sus muros, se sigue habitando, es uno situado frente al lateral izquierdo del nuevo y feo (ha sido pintado de un color tan horrible, que parece lo hay hecho alguien que rechaza el sistema de ayuntamiento) edificio de la Casa Consistorial, según reza una fecha tallada en la piedra superior que forma el arco de entrada, es del año 1783.
Tenía en aquel entonces bastantes colmenares (ignoro si hoy existen colmenas en el pueblo, es un dato que se me pasó el preguntar a sus habitantes) distribuidas por todo el término municipal, estando los más próximos a 1.393 metros y los más alejados a 5.572 metros. Había cuatro molinos harineros (no existe ya ninguno) que eran: de Andrés Gonzalo, situado a 600 metros, de Baltasar del Mazo, a 300 metros, de Clemente Garijo, a 1,3 kilómetros y el más alejado del pueblo el de Felipe del Mazo que se encontraba a 2,7 kilómetros. Ermita de Nuestra Señora del Pilar, patrona del pueblo y donde se celebra la fiesta del mismo, que estaba, y está en la parte posterior del pueblo a 100 metros, y la ermita de San Sebastián, que también sigue existiendo a 200 metros, a la entrada del pueblo y cerca del cementerio.
Cien años más tarde, su población era casi la misma, se había mantenido hasta entonces, siendo de 430 almas. Pero, diez años después en el 1977, el censo de las primeras elecciones, éste era de 186 de los que tenían derecho a voto (mayores de 18 años) 153, de los que usaron su derecho sólo 120. En el censo del año 84, había descendido de nuevo a 170 y por último en las últimas elecciones del mes de junio éste había quedado reducido solamente a 144.
Todas las calles se encuentran pavimentadas, tiene alcantarillado y saneamiento, una tienda, un bar, centro cultural con bar y salón de actos para conferencias, proyección de películas, etcétera; luz más que suficiente para las necesidades y agua más que escasa para cubrir las mínimas necesarias. Frontón de juego de pelota recién reparado y terminado, gracias a la ayuda recibida del IRYDA de 200.000 pesetas y el resto a la aportación de todo el pueblo. El edificio del ayuntamiento ya he dicho que es de nueva construcción, pena del “colorcillo” con que ha sido “decorado” exteriormente. ¡No va a ser todo perfecto en esta vida y tampoco en el pueblo! Esperemos que cuando haya que volverlo a pintar de nuevo, se escoja un color que no “decore” tanto, la construcción lo merece.
La iglesia es de estilo gótico la parte correspondiente a la nave desde las dos capillas existentes en sus laterales al altar mayor, el resto hasta la torre, debió hundirse y desplomarse, por la nueva construcción, creo que sería a principios del 1800, siendo por lo tanto nueva esa parte. Los tejados han sido reparados y arreglados no hace mucho tiempo (¿dos años?) con la aportación de trabajo y económica del pueblo. La parte gótica que se mantuvo y mantiene será posiblemente de mediados del siglo XVI. El año pasado, se empezaron a picar las paredes para dejar la piedra vista, se han paralizado las obras, es lástima que no se decidan entre todos a terminar la labor emprendida, la piedra que aparece en las capillas y los muros, la correspondiente al altar mayor seguramente será de la misma calidad, es casi, la podríamos calificar, de sillería, para poder dejar toda esa zona convertida en un verdadero monumento, los retablos que ocupan estas partes, aún sin ser de una calidad muy buena, se realizarían de manera maravillosa, ganando todo el interior de la iglesia gran valor en belleza.
El exterior bien conservado, excepto el atrio y pórtico de entrada, sobre todo el primero que se encuentra lleno de escombros, y de suciedad por culpa de las hierbas y hasta de los sacos de plástico allí tirados. No concuerda que un pueblo que tiene tan cuidadas y limpias sus calles, se permita mantener un atrio en esas condiciones, siendo un espacio no grande y símbolo de la atención del pueblo por muchas circunstancias. Por ejemplo, es el paso al único monumento del pueblo.
Las ermitas, tanto la de la Virgen del Pilar, patrona del pueblo, está perfectamente arreglada; no así el entorno; la de San Sebastián últimamente arreglada y a la que se desea terminar poniéndole nuevo suelo, son junto con la iglesia lo más destacable del pueblo.
El verdadero problema es el de la falta de agua. El alcalde, José Alejandro Pérez, que ocupa el cargo desde las últimas elecciones municipales, me dice que para intentar solucionar algo el problema se hizo un sondeo de 1.076 metros de profundidad, que ha resultado inútil por la poca cantidad de agua conseguida. También se intentó buscar una solución con la limpieza de la fuente de donde se surte de agua instalando una tubería pero tampoco ha resultado eficaz. El problema no se ha subsanado y sigue existiendo.
Hablé con él al igual que hice con el de Fuentelmonge y Monteagudo sobre la posibilidad de la creación de una Mancomunidad de los pueblos que son regados por el Nágima, para poder conseguir un trasvase del sobrante de las aguas del invierno del Duero. Esto serviría para, haciendo unos pequeños diques en zonas naturales, solucionar primero el abastecimiento de los pueblos que se encuentran tan deficitarios y necesitados de este elemento tan imprescindible y segundo, para fertilizar toda la extensa vega que ocupan los términos de estos pueblos por donde discurre el Nágima, tierras enormemente fértiles y que podrían dar unos nuevos y mejores cultivos, no teniendo que estar solamente pendientes del cereal. En épocas muy pasadas y seguramente desconocidas por los habitantes que van quedando, toda esta vega era, comparada con el resto de los Campos de Gómara, enormemente rentable. Para demostrarlo voy a transcribir algo que demuestra que bien atendidos los campos de estos términos municipales, producen otros tipos de productos alternativos que pudieran dar un impulso para que no sólo se dejasen de despoblar, sino de poder empezar a recuperar algunos habitantes por el necesario aumento de mano de obra. Dice así: “Pues en los mismos lugares del Arciprestazgo de Gómara (son todos los pueblos) con el nombre de Vicarías, que confinan con Aragón, se coge vino, garbanzo, cáñamo y mucha alubia, también azafrán”. Añadamos a esto la posibilidad de volver a instalar los antiguos y numerosos colmenares.
Si en aquellos años de donde he sacado transcripción (año 1788) sin grandes medios y posiblemente con los mismos inconvenientes, a lo mejor un poco aminorados, de la poca agua del río, aún cuando parece que por entonces era algo más importante el caudal del mismo, se cultivaba todo eso, ahora, conseguido un caudal suficiente para el abastecimiento de los habitantes y sus necesidades, cada día mayores por el actual sistema de vida, volviendo a emplear aquellos cultivos, más los que las nuevas técnicas y gustos pueden ofrecer en los terrenos de zonas de huertas y regadío, unido a su temperatura, debido a su altitud, es muy buena, con respecto a otras zonas de la comarca, no tardaría en verse cambiar y transformar a todos estos rublos, entre ellos a este de Torlengua.
Solamente les falta también solucionar el problema de las basuras, en forma algo distinta del empleado ahora.
Esperemos que se logre ese trasvase y podamos ver cambiar el aspecto y la vida de éste y los demás pueblos, no sólo en beneficio de ellos, sino de toda la extensa zona que abarcan las Vicarías, y por lo tanto de la provincia.

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