martes, 29 de julio de 2008

LA RECUPERACIÓN DE UNA FUENTE PUBLICA EN SERON DE NÁGIMA

13 de septiembre de 1986

Un día un grupo de hombres formado por Juan José Hernández, Ángel Blasco, Baudilio Escalda, Germán González, Teodoro Egido, Lucio Alonso, Emiliano Martínez, Casiano Lapresta y Pedro Escalada, estando paseando y viendo la situación de abandono en que se encontraba la fuente, esa vieja fuente que tantos y grandes buenos recuerdos les traía, decidieron la conveniencia y necesidad de limpiarlas de las brozas, hierbas y maleza que la cercaban.
Pusieron manos a la obra, ¿pero qué tal si también explanamos y limpiamos toda la zona derecha próxima a ella? Y así lo hicieron y, ya puestos a la labor decidieron que era necesario terminar todo en condiciones. Pidieron cemento al Ayuntamiento, que se lo concedió, empezaron a buscar piedras y con ellas construyeron un muro a la derecha, reconstruyeron el caído de la parte izquierda y empezaron a solar a base de buena piedra el suelo, trabajo que están terminando y en el que me los encuentro cuando voy a verles. No es mi deseo interrumpir su trabajo, por lo que les pregunto a qué hora terminarán o acostumbran a retirarse, quedamos a las nueve y media de la tarde, me desplazo a otro lugar y regreso a la hora señalada, creo que es bueno dar a conocer lo que piensan sobre lo que están realizando.
Ninguno de ellos se atribuye la paternidad de la iniciativa, dicen haber sido todos en conjunto, a mis preguntas de cuáles ha sido los motivos, me explican que son los recuerdos que les trae esa fuente conocida como la Fuente Vieja, vieja fuente que ha surtido y abastecido de agua al pueblo durante siglos, agua exquisita que nunca ha dejado de manar por los dos caños que fueron instalados en el año 1913. Fuente que tiene conocimiento de la historia y vida de todo el pueblo.
Era donde iban las mozas a por el agua (como dice la canción) con el cántaro apoyado en la cadera y el botijo en la otra mano, lugar donde eran esperadas a la caída de la tarde por los mozos que las cortejaban, lugar de encuentro de los enamorados. De allí salieron casi todos los matrimonios que se celebraron en el pueblo.
¿Cuántas palabras de amor, besos ocultos, esperanzas, sueños, risas y llantos de mocitas no habrán presenciado los viejos olmos que hay debajo de ella?
Sintieron añoranza y pena de las condiciones en que se encontraba su vieja fuente, había que procurar limpiarla por lo menos.
Este fue el principal motivo que les incitó a la iniciación de la limpieza y, una vez empezada, vieron que era un lugar ideal para poder disfrutar de las horas de calor esa hermosa zona, una vez limpia y allanada la parte derecha, llevaron cuatro grandes bobinas de cables eléctricos (vacías se entiende) que había en una parte exterior del pueblo y las instalaron como mesas, con unos medios bidones, rellenos de tierra y cemento forman los asientos y queda esa parte convertida en un pequeño parque donde pueden merendar, charlar, jugar una partida o simplemente descansar,

MEJORAR LOS ALREDEDORES
Pero no están contentos de cómo les queda su “obra”, las bobinas pueden ser retiradas en cualquier momento por la compañía propietaria de ellas, los “asientos” son de poca estética y feos. Les gustaría que el Ayuntamiento les proporcionara la suficiente arena y piedras para hacer esas mesas de piedra como así mismo los asientos o bancos, que es como quedaría un bonito parque, también desean hacer una barbacoa para que la gente que acuda a merendar pueda asar, si lo desean, unas chuletas que podrían consumir cómodamente empleando las mesas y los bancos y, por último, desearían poder arreglar el camino de bajada.
Estos hombres como se habrá supuesto al hablar de los recuerdos no son precisamente jovenzuelos, todos se encuentran jubilados, son personas de las que ya pertenecen a eso llamado como “tercera edad”. No están de acuerdo, ellos son hombres que la ley les retira de los trabajos que antes realizaban, pero que no se encuentran retirados, son jóvenes de una edad algo avanzadilla, hombres que no están de acuerdo con esa denominación ofensiva de “tercera”, se consideran, y creo que con mucha razón, no de tercera, sino de primera. La peor calidad de todas las cosas es llamada de tercera; los trenes, donde afortunadamente ha desaparecido, la tercera es la peor clase de los vagones, las carnes, frutas y verduras, la clase tercera es la que prácticamente es para ser tirada o de calidad ínfima, hasta en el fútbol de tercera es la más baja.
Ellos de esta forma demuestran que ahora pueden seguir siendo ciudadanos de primera, no pueden trabajar en lo que era su medio de vida, pero sí pueden demostrar que se encuentran en condiciones de realizar cosas que sean en bien de sus conciudadanos sin percibir nada a cambio, sólo la satisfacción de poder mejorar algunas cosas y hacer aquello que a lo mejor en su interior siempre han deseado.
Tres de estos hombres residen habitualmente en Barcelona, vienen a su pueblo durante los meses de verano y echan a faltar los parques y jardines que en Cataluña tienen y disfrutan. ¿Es que es menos Serón de Nágima? ¿N se pueden hacer también las cosas y embellecerlo en todo lo posible para hacerlo mucho más acogedor? ¡Claro que sí! Ellos lo pueden demostrar.
Debía el Ayuntamiento proporcionarles los materiales necesarios, piedras, cemento y arena, para que pudieran terminan lo que desean, las mesas, bancos y barbacoas. Hay en el pueblo bastante juventud que también pudiera echarles una manita para acabar con prontitud lo emprendido, hacer un conjunto, un equipo de jóvenes y menos jóvenes que sirviera para ir conociendo los primeros la importancia que tiene la “Fuente Vieja”, en la vida del pueblo y, como estoy seguro, al colaborar en ese pequeño parque serían los primeros que sabrían respetar y cuidar.
Todo es decidirse a empezar, el ejemplo lo han iniciado hombres, que según la sociedad, ya han quedado retirados pero que demuestran con un soberbio ejemplo que eso es mentira, se encuentran en plenas facultades de vida y entusiasmo.
Qué bello me resultó el espectáculo lo de esos hombres trabajando en la colocación del suelo, qué diferencia se encuentra de cuando se ven en pueblos que carecen de todo tipo de parques, jardines, belleza de la naturaleza, a los hombres, no sólo a los jubilados, sentados en troncos de madera o suelo en la sombra solamente dedicados a tristes recuerdos aún peor, a criticar todo lo bueno y lo malo que hay en su pueblo o en la provincia.
Ojala el ejemplo que dan estos hombres de Serón fuese y sirviese de acicate a tantos y tantos, que en pueblos, se encuentran en la forma que todos conocemos e indico anteriormente.
Estos hombres demuestran que con un poco de entusiasmo y ánimo se pueden aún lograr que los pueblos cambien su fisonomía, triste y muerta fisonomía, triste y muerta fisonomía e intentar mejorarlos en todos los aspectos.
Y a la juventud puede también servir de acicate y en vez, solamente, dedicarse a decir que sus pueblos no reúnen las condiciones adecuadas para poder sentirse a gusto en ellos, se unan con las personas que al igual que estas de Serón tiene ánimos para cambiar algo y mejorar lo que pueden. ¿Pues lo podían haber hecho antes? Puede ser, hay un refrán que dice que “nunca es tarde si la dicha es buena”, ahora aún no es tarde para muchos de los pueblos de la provincia, pero si no se cambia la tónica, si no se deciden entre unos y otros a trasformar la forma de vida, si no se empiezan a poner a tono con la vida actual, sólo irá quedando lo que desgraciadamente todos auguran y nadie pone remedio, el R.I.P que campeará junto con el letrero del pueblo.

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