miércoles, 19 de diciembre de 2007

PRESENTACIÓN


Hoy, día 20 de Diciembre del 2007 Puedo decir y digo, tal y como hizo aquel enorme y gigante hombre, -aún sabiendo que el 99,9 por ciento de los lectores son poseedores de perfectos conocimientos, por si alguno, distraído por no acordarse a quien debemos la frase-, tengo que aclarar y aclaro que se llamaba Fray Luis de León que encerrado en una mazmorra durante 10 años, sacado de su cátedra, perdonado por sus verdugos y reintegrado a su docencia inició con la frase: “Decíamos ayer”.
Al igual que él, pero sin mazmorra, destierro y sin ninguna obligación dejé de escribir durante 12 años sobre los pueblos, paisajes, personas –único sistema de encuentro para dejar la actual de: Mujeres y hombres y hombre y mujeres- sorianos.
En más de dos reportajes y artículos dije, digo y volveré a decir que Soria, la provincia entera, tiene el arte hasta en los surcos. Seguro estoy que cualquier amante de la provincia, usaré otra frase hecha, imposible ser más bella, no tendrá ninguna duda sobre ello. Sigo valiéndome de las palabras de hombres inmortales como el gran pintor valenciano Sorolla, que alabó una cosa para mi maravillosa al decir: “Siento y estoy convencido que no podré rectificar que considero una gran pena que mis paletas y pinceles no puedan reflejar la gran y única belleza de los cielos sorianos”. Y humildemente ya que la próxima es pensamiento personal. Que la provincia de Soria debe de agregar un lema más a su escudo: -“Soria, donde el silencio es ley”.
El ayer y hoy consiste en repetir trozos de artículos, reportajes y opiniones “de AYER” añadiéndoles las transformaciones a favor o en contra de sus pueblos, sus paisajes –y perdónenme que a mis gafas les haya agregado una especie de sordina que me impide ver y oír a los montones, enormes cantidades, de los molinos o enormes hélices, pueden ser de helicópteros o de aviones, que gracias a ellas me impiden su visión-.
También alejadas en el tiempo entrevistas con personajes de los cuales puedo resaltar unos cuantos que son dignos de admiración, aumentando con nuevas entrevistas -realmente semblanzas- de personajes con los cuales creo poder iniciar, como en otros puntos he hecho, “GALERÍA DE PERSONAJES” porque así podrán ser considerados los que tenga el honor de incluir en estas páginas.
También intentaré a partir de ahora reiniciar un tema que intenté realizar y que por circunstancias, posiblemente de cansancio también, creyendo que dejaba el asunto resuelto, intentaré, lucharé y rogaré toda ayuda y apoyo que se me pueda conceder para terminar de constituir la Mancomunidad de los pueblos desde Nonparedes, Bliecos hasta Monteagudo; del trasvase del Duero al Nagima que al cabo de estos largos años he visto acongojado por increíble, que ocho pueblos que debían, deben y seguirán m debiendo luchar por conseguir los beneficios y riquezas para sus pueblos, no hayan sido capaces aún de dar vida al proyecto y a todas su poblaciones.
Esto es un ligero dato sobre el porqué de volver a poner mi espíritu en Soria.
Todos los sorianos que me conozcan o me han conocido saben que no soy soriano de nacimiento pero que me puedo permitir y me permito, recurrir a una entrevista que realicé a una señora inglesa, que desgraciadamente creo ha fallecido por su larga edad, que me dijo: “Soy inglesa, he vivido en casi todo Europa y en Egipto –en esos momentos tenía 86 años-. Llevo viviendo en España y Almería más de 40 años. Me enamoraron sus cielos, sus playas y sus desiertos de forma tal, que si un día tuviese la desgracia de morir fuera de España, en mi testamento he pedido que mi cuerpo sea trasladado a Almería y en ella descanse mi cuerpo”.
En aquella entrevista yo pregunté: “¿Quién era más almeriense si el que presumía de haber nacido allí o el que deseaba morir en su amada Almería?”.
Bastante antes de publicar aquella entrevista que personalmente había escrito con mucha anticipación, mi deseo fue que estuviese donde estuviese y se acabase mi vida, mi cuerpo fuera incinerado y las cenizas desparramadas desde el alto de las murallas la bellísima e inmortal Peñalcazar o la Peña del Alcazar, para que las mismas puedan seguir saltando, paseando y volando por toda la provincia.

CALLES DE CERBÓN

CENTRO CULTURAL


DOLORES HERRERO Y SU NIETA SONIA






MARIA ADORACIÓN CARRASCOSA MARTINEZ BAUTIZADA EN ESTA IGLESIA










CONDICCIONES ENQUE SE ENCUENTRA EL PORTICO DE LA iGLESIA CON PELIGRO EMINENTE DE HUNDIMIENTO






PUERTAS CEMENTERIO
















IGLESIA ALTAR MAYOR




















FABRICA DE PIENSOS
























martes, 18 de diciembre de 2007

CERBÓN AYER Y HOY

Cerbón
El mantenimiento de una industria familiar
de piensos compuestos

“Hacer camino al andar”, decía Antonio Machado en una de sus poesías, es una de mis metas, hacer camino y dejar huella para que ese camino sea seguido por alguien más.
Como frase es preciosa, pero la realidad es que ese camino se hace a veces enormemente monótono y cansado, sobre todo, en esos momentos en que las piernas parece que no quieren seguir avanzando, que se niegan a continuar y que el objetivo que deseamos alcanzar en vez de irnos acercándonos a él, parece que se aleja más y más, pensando que no seremos nunca capaces de poder alcanzarlo.
Una cosa así me ha sucedido con Cerbón, lo he visitado con esta última, cuatro veces, creo conocerlo bastante bien, tanto que casi sería capaz de hacer de memoria un plano de sus calles y de las situaciones de sus edificios. Sin embargo, es el único pueblo hasta ahora que me ha obligado a empezar a escribir sobre él, exactamente, catorce veces (eso de que a la tercera va la vencida, es otra de esas frases que no puedo comprender; por lo que se refiere a este pueblo, la vencida ha sido a la catorce).
Sí, es cierto, he tenido que romper más de catorce folios, empezar a escribir el artículo y verme incapaz de poder continuar, era, como digo anteriormente, como si la pluma se agarrotase en mi mano y la mente se embotase por agotamiento impidiéndome el poder continuar, cuatro días distintos han sido perdidos, sin decidirme a la labor, catorce veces iniciarla, catorce veces romper lo he empezado y cuatro distintos días decirme: soy incapaz, lo dejo para otro día, ya lo haré en otro momento.
¿Cuál pudo ser el motivo o motivos que tenía para que me sucediese algo así con este pueblo? Ahora lo sé, ha sido el cansancio, la monotonía, ese terrible mal que puede lo mismo a los caminantes que a los que intentamos emplear la pluma para explicar o decir algo que muchas veces nos resulta cansando y reiterativo, que, o bien nos deja como incapaces de poder soportar su peso entre los dedos. Sensación que nos deprime por pensar que estamos escribiendo algo que ya habíamos hecho anteriormente.
Pero ya he averiguado las causas, habiendo logrado que por fin la pluma se pueda mover en mi mano y terminar el artículo sobre este pueblo, tantas veces empezado y tantas otras incapaz de terminarlo.
Está situado a una altitud de 1.129 metros, dentro de la zona conocida como Tierras Altas, a la mitad del trayecto de Castilruiz a San Pedro Manrique, o viceversa, separado por menos de kilómetro y medio de Fuentes de Magaña.
Hace cien años, tenía, junto con Las Fuesas, 254 habitantes, 10 casas de una sola planta; 51 de dos y 4 de tres, al cabo de los años podemos decir que el refrán de “ni crece ni mengua” prácticamente ha sido y es así. En el 1967 sus habitantes fueron 350; en 1977, primer año de elecciones, el censo fue de 139, de los que tenían derecho a voto, 107 y usaron del tal ¿poder? 77; en el 1982, el número de votantes fue de 64; el censo de 1984 era de 121 y, el último realizado no llega a cien.
Tiene agua y luz más que suficiente, saneamiento y alcantarillado, le faltan por pavimentar algunas calles, que al parecer se logrará hacerlas este mismo año, teléfono rural (público), el médico reside en Fuentes de Magaña, pero están perfectamente atendidos. No hace mucho se hizo un consultorio, que, por falta de medios económicos y de ayudas, se encuentra sin amueblar; hay bar y tienda de ultramarinos, una caja de ahorros, bonito teleclub o Centro Social, empleado para actos públicos o en ciertas fiestas usado como salón de baile, frontón en regulares condiciones.
Aún tiene escuela donde se imparte enseñanza a los cinco niños del pueblo, hasta octavo de E.G.B que como es lógico no creo que dure muchos años al faltar la “materia prima” que en este caso concreto son niños.
Hay también una pequeña fábrica de carácter familiar. No conozco ni he tenido el placer de hablar con sus propietarios, pero me permito felicitarles por tal empresa y desearles que la fortuna les sonría cada día más y pueden terminar montando una más potente industria en beneficio del pueblo y de la comarca, solamente por haber iniciado una industria, mi más cordial enhorabuena.
Una de las cosas que me intrigan de este pueblo es la existencia de la iglesia, que por su valor arquitectónico hace pocos años fue declarada como monumento histórico artístico provincial. Se encuentra situada a las afueras del pueblo. Pregunté si en los archivos del Ayuntamiento existía alguna referencia sobre este dato o algo que pudiese aclarar parte, por lo menos de la historia del pueblo. No, no había nada de archivos en el Ayuntamiento, por lo menos eso fue lo que me dijeron. También la gente ignora la historia del pueblo, claro que esto es lo normal en todos los sitios, no sólo de Soria.
Es de agradecer, por este motivo, que algunos pueblos de la provincia se molesten y ayuden a la publicación de libros sobre los mismos, como últimamente he comentado sobre el de Garray. Ojala cundiese ese ejemplo en todos los pueblos de esta extensa comarca de Tierras Altas que tanta e ignorada historia tienen y que desgraciadamente terminará por desaparecer de continuar con esa abulia por un lado y por el abandono total de archivos municipales de gran cantidad de pueblos que se pueden encontrar tirados y rotos.
La iglesia ya he comentado que es un verdadero monumento artístico, donde se reúnen dos estilos perfectamente diferenciados, el románico, probablemente del siglo XII-XIII y el gótico, estupendo exponente de este estilo, posiblemente del siglo XVI.
No puedo decir nada a las gentes de Cerbón por el estado en que se encuentra, lamentable estado para ser una joya como esa, ya que al haber sido declarada como monumento histórico-artístico, depende de la Administración su conservación y arreglo, pero sí debía el Ayuntamiento junto con el párroco intentar que se iniciase el arreglo y reparación de la misma.
Sus pocos habitantes viven de la agricultura, especialmente del cereal. Como ganado sólo existe una granja de cría de cerdo, el lanar ha decaído en gran manera, no llega al millar de cabezas el que hay.
Sin niños, sin juventud, sin grandes ilusiones (o ninguna) sobre el porvenir del pueblo, no creo que tenga motivos para pensar que puede tener solución su lento hundimiento, que debido a la edad de los que quedan, a partir de ahora, es lógico que se apresure y acentúe.
Pero ahí tienen una fórmula para que se pueda levantar y mejorar su existencia, el ejemplo de esa industria, sólo hay que tener ánimos, ilusión y pensar que hay otras alternativas antes de declararse vencidos. Y entre ellas tienen ese monumento que es la iglesia que también serviría para poder lograr algo, poco si quieren, pero sí se podría procurar incrementar la visita al pueblo simplemente para poder admirar tal maravilla.
Publicado, ayer; el día 5 de julio de 1986

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HOY, 21 de diciembre de 2007, y visitado detenidamente el pueblo, digo:
Ayer escribía con placer pero consiguiente y demostrado temor, la existencia del colegio para atender a cinco niños, HOY dejó de existir por falta de materia prima, los niños, y convertirse en un cuidado bar-cafetería-salón de reunión-centro social, bien cuidado y atendido por Mª Luisa Zamora del Barrio, que tiene la amabilidad de enseñármelo y decirme que lleva abierto la friolera de 15 años. .
Bonito, bien instalado, todo en perfectas condiciones pero, como todos los peros para mí son desagradables, no hay pupitres, ni niños, ni gritos, ni risas. Simplemente, es que no hay niños, y bares y salones sociales son agradables pero los hay en todos los sitios pero niños, desgraciadamente, casi no quedan en ningún sitio.
Iglesia.- Puede contemplarse en la fotografía que se ha colgado que el pórtico tiene que estar sujeto mediante barras de hierro de suelo a tejado para evitar su hundimiento, afeándola y diciendo: “O me arregláis definitivamente, o cansadas de sujetar de forma imposible de determinar el día en que el techo diga: “¡Allá voy!” y pum se lance contra el suelo. El interior está en unas condiciones deplorables, sobre todo la zona izquierda de la nave, donde se encontraba el baptisterio, que la presencia, como se puede comprobar por la fotografía de una señora, hija del pueblo, que tuvo que ver que el lugar donde recibió las aguas de su bautizo, era un montón de ruinas, en vez de sentir el placer y orgullo, de ver “su pila bautismal”, consiguió únicamente con voz entrecortada y los ojos llorosos decir: “Aquí fui bautizada y se me puso el nombre de María Adoración”. Agrego por mi cuenta los apellidos de Carrascosa Martínez. A la derecha del edificio, a partir del ábside, están la verja y la tapia del cementerio, por cierto bien cuidado y atendido.
Torre, ábside y el resto del mismo hallase en perfectas condiciones, así mismo también el atrio.
Gran placer sentí al fotografiar a Dolores Herrero con su nieta, Sonia, preciosa criatura, todos lo pueden comprobar, que por lógica, era la tercera generación de la fábrica de piensos y que hay que pensar y desear que, cuando su edad se lo permita, sea una gran defensora de la industria familiar y amante de su pueblo, decida poder fotografiar muchos niños, al igual que ella se ve hoy.
Hoy, no se me olvida incluir el nombre que ayer no incluí del propietario de la fábrica, José Manuel Calvo, y como hace años seguir felicitándole por su valor.
Tuve también el placer de conocer a Nuria Pastor que, aun cuando vive en Zaragoza, no sería feliz sin que todos los años pudiera pasar el verano, o parte del mismo, en su pueblo de Cerbón, y que sus hijos Miguel Angel y Pilar, siguen el ejemplo de su madre, ejemplo que debían de seguir todos los descendientes de estos pequeños e increíblemente bellos pueblos cuyos paisajes y cielos son parte de la grandeza provincial de Soria.
Para dar fe de ello, sobre todo de los cielos, tengo que repetir unas frases muy importantes del gran pintor valencian Soraya, que afortunadamente una de sus más bellas representaciones ha sido traído a la ciudad del Turia, donde unos cuantos sorianos, los máximos mejor, debían acercarse a Valencia a contemplar estas maravillas y para ellos admirar aún más sus pinturas porque tuvo el valor de decir que las paletas, pinturas y pinceles no eran capaces de reflejar en toda su belleza los increíbles cielos sorianos.
Los ingleses tienen una fórmula que transformada ligeramente voy a emplear por primera vez y no será la última: “DIOS SALVE A CERBÓN Y A SORIA”.