lunes, 14 de abril de 2008

LAS DIFICULTADES DEL TELÉFONO PARA VILLAR DEL RÍO. 10 de mayo de 1986

Está situado a 45 kilómetros de Soria y a 36 de Garra, en la carretera C-115 de Soria a Calahorra. Su altitud es de 999 metros. Está bañado por el río Cidacos. Una vez indicada su situación, pasaré a dar, como acostumbro, casi siempre, los desconcertantes datos estadísticos que tanto me asombran y que deberán servir para asustar de verdad a los responsables de la provincia y, a esos que consideran que mientras ellos vayan medrando (vivir, lo que se dice vivir lo desconocen), no les importa lo que pueda pasar.
Cuentan como barrios o pueblos agregados los siguientes: Diustes, 6 habitantes; Camporredondo, 20; Villar de Maya, 4; Santa Cecilia, 6; La Laguna, 2; Bretún, 16; Valduérteles, 6; Aldealcardo, 0; La Cuenta, 0; Huérteles, 80; Montálvez, 19; Villaseca Somera, 2; Villaseca Bajera, 1; Villar del Río, 92.
En el año 1967, tenía 270 habitantes, y en 1977, incluidos los pueblos agregados eran 335; con derecho a voto, 290 (según esto los menores deberían ser 45); votos emitidos: 175. Año 1982, mes de octubre, votos emitidos, 182 (eso indica que sólo 7 de los 45 cumplieron 18 años). Año 1984 (septiembre), 243 habitantes. Niños en el pueblo en edad escolar (hasta 14 años), 2; jóvenes de 14 a 35, 20. Me pasa como en tantos otros sitios, no entiendo las estadísticas, pero sí estoy seguro de algo, sin discusión posible, que es el alarmante descenso, a pasos agigantados de la población y de la ausencia de juventud, de la aún constante emigración y del alto nivel de ancianidad de los que quedan, como también estoy convencido de la falta de ánimo, de entusiasmo por mejorar y del alto grado de fatalismo de sus gentes.
El pueblo, como casi todos de esta extensa comarca, tiene sus calles en unas condiciones de suciedad e insalubridad enorme. Justificación de ello, es que el ganado (lanar) tiene que pasar por el pueblo, emplearé una redundancia; esta justificación, es totalmente injustificable, desacreditando esa actitud a todo un pueblo, que teniendo todas las calles pavimentadas, es desagradable, y casi imposible, transitar por ellas, sobre todo por las calles que suben de la carretera a la plaza. Reconozcan los habitantes (lo curioso es que lo reconocen) que no es en absoluto permisible las condiciones en que sen encuentran sus calles, sino además tan fácil el evitarlo y, el responsable de mantener ese estado de cosas (o responsables, en realidad ignoro el número de culpables de esa suciedad) que piense que las calles del pueblo (pueblos podría decir) no son de propiedad particular y que por ellas deben de poder andar los del pueblo y los que vayan a conocerlo y visitarlo, que motivos para que la gente se anime a ir a conocer a Villar del Río hay más de uno y todos importantes y, no hay derecho de tener que sacar tan mala impresión por culpa de una pequeñísima minoría.
Bien, ya indico que las calles están pavimentadas, aun cuando no sirve para nada; tiene alcantarillado, saneamiento, aun cuando al ver el estado de sus calles haga reír tal palabra; agua suficiente; luz más que necesaria; médico, que reside en el pueblo.
Y aquí tenemos otra gran incongruencia que también no s encontramos en otros muchos sitios, tiene solo teléfono de los llamados rurales (público), sin embargo resulta que el pueblo, se sobreentiende que son los habitantes, han solicitado en numerosas ocasiones que les sea instalado en las casas, que con toda posibilidad llegarían a tener más de cuarenta solicitudes, sin haberlo conseguido hasta el momento.
Existe un caso en concreto que después de recibir una carta de la Telefónica, indicándoles la instalación mediante el pago de unas 125.000 pesetas, no se les instaló por haber “confundido” y ser cerca de las 400.000 pesetas.
Claro que estos hombres de Villa ignoraban que la Excma. Excsa., y Gloriosa Cía, de la España Bolsística, solo tiene consideración a los pueblos sorianos de más de 300 habitantes. Todos los de menor número, aún cuando tengan más de 40 solicitudes, son considerados por la Excma., y Excsa. Cía, como multimillonarios, por lo que nada más les cobra (voy a escribir los datos fiándome de la memoria de lo que cobraba en 1983), 30.500 pesetas por cada 500 m, más la cuota de instalación, más el mantenimiento de la línea, más abono y, luego, como es lógico a tanto el paso de las llamadas.
¡Corred hijos, corred! Desde el punto más cercano hasta Villar con los extras incluidos es muy probable que supere esa cifra.
Pero hay un medio para conseguir la instalación más rápida. Reúnanse todos los que lo solicitan, y al ser más el número a instalar, la monolítica, monóptera y monopoliotética Cía, solamente les cobrará a cada uno, pues eso, las 400.000 pesetas y pico por barba. En este caso sólo resta callar, aún cuando eso tiene un nombre hoy en día, bueno, ayer también. Prepotencia y despotismo. Lo siento habitantes del Villar, no pueden tener teléfono solamente por su culpa. ¡Sean millonarios, demonios!
Este pueblo es otro de los afectados por la repoblación del decreto ley, gracias a la libre interpretación del mismo “por los que corresponda” y últimamente por el organismo llamado Icona.
Estas gentes no saben si un día van a poder seguir recogiendo las cosechas o, en vez de estas harán recolección de jabalíes o corzos, que serán los que la hayan hecho por su cuenta y estómago.
Ahora me permitiré dar como primicia dos noticias que considero de gran interés.
No es que las considere, es que son importantísimas, una arqueológica y otra artística. La primera es el descubrimiento de la existencia de icnitas de dinosaurios en el paraje conocido como “El Jorro” o “Peña de las zorras” ignoradas hasta hace unos quince días aproximadamente.
La otra es artística. La descubrí en el año 83 en la iglesia del pueblo, en una habitación, que alguien con un gusto atroz y con un desconocimiento total de lo que debe y merece ser una iglesia, construyó debajo del coro, en esa especie de habitación y entre todos los trastos que allí se amontonan, estaba un cuadro arrinconado, roto el lienzo (lo raro es que no estuviese totalmente destrozado), que representa a San Jorge.
Pregunté y se me informó que no pertenecía a la iglesia, que era de la ermita y que esta era propiedad del pueblo (la ermita se encuentra en el centro del casco urbano, concretamente en un lateral de la plaza) aconsejé fuese trasladado y colgado dentro de la Ermita.
Creo que costó más de un año el que se decidieran a hacerlo, afortunadamente he podido comprobar que ya está instalado, lamentablemente en la pared contraria a la que debía estar situado, pero aun roto y sucio, se encuentra colgado.
Sí, ya sé que no he dicho el mérito que puede tener ese cuadro, sencillo, nada más ni menos es un cuadro salido de los talleres de Vicente López e indiscutiblemente se nota su pincelada.
Según se indica en el cuadro, fueron pagados mil reales de vellón por don Manuel Cillero Izquierdo, obispo de la Santa Iglesia Catedral de Menorca.
No sólo tiene este cuadro de gran calidad y valor, también tienen (lógica y lamentablemente, muy bien custodiado y guardado) un copón sagrado, regalado por la Reina Isabel II, de fina labor de orfebrería tal como corresponde de donde venía la donación.
De la iglesia casi da reparo y pena escribir, a excepción de los tejados que fueron reparados en el 82 y del cimborio de la veleta que fue reparada y “en cementada” en el mismo año, toda ella se encuentra en lamentable estado de abandono y desidia.
La entrada, donde campea un escudo del obispo que donó el cuadro, está oculta por una antiestética y horrible casamata. En el interior, como ya he indicado, se tapió la parte baja del coro para hacer esa especie de aula, donde en su día se debió de dar la catequesis a los niños (entonces, había niños en el pueblo, y un cura con un pésimo gusto), los suelos, en madera de desmenuzan por estar todos carcomidos, las paredes desconchadas y sucias, los retablos desvencijados y llenos de polvo. En fin, un verdadero dechado de imperfecciones.
Y sin embargo, arreglada la iglesia, limpias las calles, creando un pequeño museo, reparando y limpiando el cuadro; cuidando y animando la zona de las icnitas, tiene más que suficientes atractivos para animar a mucha gente a visitarlo y, si además se uniese para ese fin turístico con Oncala, San Pedro Manrique y Yanguas, sin descolgar a (hoy su barrio) Bretún, seguro estoy que sería un buen puntal para dar aliciente y mejora al pueblo.
No quiero dejar de mencionar el hermoso puente sobre el río Cidacos ni las ruinas de la ermita existente a la salida del pueblo hacia Bretún que por cierto sería más conveniente el procurar mantener lo que de ella queda, en vez de tenerla como cochera de viejas máquinas agrícolas y, además, no creo que sea una cochera particular ni ese el uso que debería de tener.


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