martes, 29 de abril de 2008

ALMAZAN ELCOMPLEJO DEL AVERNO DEL FERIAL DESENTONA CON EL CONJUNTO ARTISTICO DE LA VILLA. PERTENECE AL EYER

Sábado, 16 de julio de 1986

Aún no salgo de mi asombro, no termino de comprender lo que he visto; no sé si se trata de una broma a escala provincial, si es acaso una obra eclesiástica o pagana; si es una mezcla de ironía e impotencia o, simplemente una obra gnoma-mastodóntica, sí, reconozco que es una definición totalmente incongruente, pero creo que es la única definición al complejo poli-eclesiástico-diocesano que se está terminando en la villa de Almazán, situado entre la plaza de toros y la estación de ferrocarril de Almazán-villa, sí, de la estación del único ferrocarril que ve cuatro veces al día a los únicos trenes que aún circulan por la provincia.
¿Cómo decidirá la Diócesis, de Osma-Soria, llamar a ese extraño complejo clerical compuesto por edificaciones que son Iglesia (depósito de aguas); Capilla (Templo Gno-Faraónico); Casa Parroquial (Chiquilicuatre-Pirámide azteca); Centro de Reuniones (Extraña Galáctica-Cueva-Misterios). ¿Será por casualidad: Quiero-no-puedo?
La obra fue iniciada por el anterior Obispo, Teodoro, hoy en Burgos. Tengo entendido que el costo de las obras superan con creces la cantidad de los 70 millones de pesetas.
Que me perdone el arquitecto o arquitectos que han contribuido sus a la construcción de tan desastrosa en gusto; primero por carecer de ningún tipo de originalidad al ser simples copias achicadas, mermadas, empequeñecidas y corrientuchas de obras faraónicas y aztecas (olvidando por un momento lo de paganas, dedicadas a la iglesia cristiana) y segundo, por querer mal imitar obras de gran dignidad al ser empleadas en todas ellas la materia más noble de la construcción, la piedra, haciéndolas ahora totalmente de cemento, ese producto maravilloso y tan imprescindible para la construcción moderna, pero de tan mal gusto cuando es empleado en un pueblo que de lo que puede presumir, principalmente, es de poseer unas iglesias que son verdaderas joyas del arte arquitectónico.
Precisamente éste es uno de los puntos que más me preocupa y, nos debe de preocupar a todos los que aún sentimos algo interior y profundo por rescatar y salvar tantas y tantas joyas como tenemos en las iglesias de nuestros pueblos sorianos.
Almazán tenía, hasta hoy, las iglesias de San Miguel; difícil de poder visitar y conocer por permanecer cerrada a cal y canto, aún encontrándose en el centro de la Villa junto al ayuntamiento, (vigilancia tiene más que suficiente); San Pedro, abierta al culto, se entiende que sólo es durante las horas de culto cuando se encuentra abierta; Santa María de Calatañazor, “cerrada por obras”, que están durando más que la construcción que el nuevo “complejo cementerio” y al paso que llevan posiblemente más que la famosa obra de los Nuevos Ministerios en Madrid (por cierto, creo recodar que no hace tres años seguramente, ya estaba en obras entonces, se me dijo que era un poco el atraso por falta de fondos económicos); Santa María del Campanario; abierta (es un decir), al culto; Ermita de Jesús, donde se celebran algunas bodas, comuniones y etcéteras; Iglesia de las Monjas Clarisas, más, dentro de poco, el complejo cementerio.
En total tiene Almazán cinco iglesias, una hermosa ermita, todas de gran categoría artística y arquitectónica, que en el caso de Santa María de Calatañazor, hermosa obra gótica del siglo XVI, que elogia su construcción J.M. Martínez Frías, en su obra el “Gótico en Soria” y que en ella explica de forma detalladísima, toda la fábrica sigue cerrada por obras.
Curiosamente la diócesis no cuenta con el número suficiente de sacerdotes para poder atender todas ellas, más los pueblos, que tiene cada uno de los que hay, asignados.
Sé que cada uno con su dinero hace lo que quiere y lo emplea en la forma que más le interesa o le viene en gana, de acuerdo; al igual que cada uno hace con sus dineros lo que le da la gana, la Diócesis puede también hacerlo siempre que quiera, volvamos al dicho que “doctores tiene la Iglesia”, pero (malditos pero, los voy a terminar aborreciendo un día de estos) la IGLESIA, con mayúsculas todas las letras, somos todos los creyentes, es el conjunto que formamos desde el Papa, al último bebé incorporado a la Iglesia por gracia del Sacramento del Bautismo, por lo que me voy a permitir hacer algunas preguntas (que cómo siempre, estoy seguro que la respuesta será la calladas, lamentable respuesta, pero hasta ahora puedo decir que así ha sido, ¿lo seguirá siendo?).
Primero.- ¿Era necesario hacer un gasto de tal magnitud en una obra tan absurda y fea en un pueblo donde existe joyas arquitectónicas y lo que faltan precisamente son sacerdotes que las puedan atender?
Segundo.- Habiendo en la provincia verdaderas maravillas artísticas en algunas iglesias de pueblos, por las que se pagarían altísimos precios en ciertos mercados de muchas naciones por poderlas poseer, que se están destruyendo, por falta (de interés en parte de los responsables) de dinero para acometer las más mínimas reparaciones, ¿cómo se pueden invertir tal cantidad de pesetas en una nueva obra de tan mal gusto cementerio carente de toda originalidad y totalmente innecesaria?
Tercero.- ¿Es posible que se encuentre alguien satisfecho de la construcción de “esa cosa”?
Voy a intentar explicar ligeramente en que consiste ese absurdo y feo complejo eclesiástico:
(Repito que todas las obras que voy a intentar explicar son construcciones a base de cemento).
En primer lugar hay una imitación enana, por tanto horrible al no tener la grandiosidad de ellas, de una pirámide azteca, aquellas que los conquistadores españoles vieron por vez primera en Méjico, hoy tendríamos que decir D.F. y entonces Imperio de Moctezuma. La pirámide (nueva casa parroquial) consta de treinta y siete escalones terminados en pequeña explanada de unos 4 por 4 metros, que no creo que se termine al igual que aquellas terribles pirámides, donde era instalada en su planicie final el ara empleada para el sacrificio, al dios Quetzacoatl, para arrancar el corazón a las víctimas y entregarlo aún palpitante al fuego para que fue consumido por el dios. Sobre este tema por lo improcedente de la copia en algo cristiano, me voy a permitir transcribir un párrafo de la obra “El Dios de la Lluvia llora sobre Méjico” de Laszlo Pasauth. Es sobre una conversación que mantiene Teuhtitle, uno de los grandes personajes de la corte de Moctezuma con el Padre Olmedo, capellán de Hernán Cortés: “Vosotros que tenéis tanto poder, ¿rezáis a un pedazo de madera del que pende una figura de un hombre ensangrentado y moribundo?” Es curios, el otro día cuando me subía a la plazoletita a ver si existía también el “ara negra”, recodé esa conversación novelada. ¿Cuál fue el motivo? Sencillo, ninguno de los edificios tiene cruz alguna ni en paredes ni coronando. ¿Se habrá olvidado en los planos de la obra algo que es lo único que en verdad tiene importancia?
Otro ¿edificio? Representa, en forma de juguete por sus pequeñas medidas, un templo egipcio que será una pequeña capilla, pensé ver en su interior una cruz que en cemento ocupase la parte posterior del ara. Tampoco tiene de momento ninguno.
El tercero que ocupa el fondo, es como un depósito de agua, cilíndrico, antiestético y enormemente feo, es el que será la Iglesia, tiene una puerta central a nivel de calle y otras dos a media altura a las que se llega mediante escaleras de hierro situadas a los laterales de la puerta.
Y el cuarto, dedicado, según dicen a salón de reuniones o actos, que me obligó a soltar una verdadera carcajada cuando si su interior. Su exterior ya dije que considero obra galáctica-cementeril-risueña (por lo de la risa) y por último a la derecha de éste, una especie de espadaña templaria-medieval-románica que en esta ocasión no hace reír, sino todo lo contrario hace con su contemplación que nos salten las lágrimas como puños, de verdadera pena.
Extraña mezcolanza de inimaginativa construcción que nos hace de nuevo preguntarnos cómo es posible este gasto absurdo, cuando tanto hay que rescatar y salvar de gran importancia.
¿Qué pueden pensar los feligreses que en tantos pueblos aportan trabajo y dinero para arreglar “sus” iglesias, que se sacrifican con entusiasmo y bolsa, cuando vean que se acometen obras de tan baja calidad y tan alto costo, completamente innecesarias y le son negadas ayudas a las “suyas”?
Sinceramente creo que los “doctores de la iglesia” se encontraban en los momentos de decidir sobre el tema bastante enfermos, era mejor que hubiesen consultado antes a otros “doctores” que les habrían quizás curado ese ligero trastorno febril.
En fin, el hecho está consumado, la virtud o el pecado de algo que no me atrevo a calificar está ahí. ¿Pensará alguien que esa obra le puede llegar alguna vez a glorificar?
Que malo es el seguir separándose del pueblo y eso es lo que se termina consiguiendo con obras de este tipo. Yo lo hago, ahí está, ahí lo tenéis y terminar con esa frase tan en boga y tan desagradable, “Y punto”.






















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