viernes, 30 de mayo de 2008

BRIAS AYER




BRIAS AYER
AGOSTO 1987

Hacía unos meses hablaronme de la iglesia, ermita y palacio de Brias, de sus maravillosos retablos como asimismo de la fabulosa iglesia de Abanco, con retablos y arte que encierran sus paredes y no menos elogios había recibido de un palacio que quedó sin terminar y que al cabo de los años, siglos, sigue en las mismas condiciones.
Creí sinceramente exageraban sobre la calidad de estos monumentos y bellezas, no podía esperar fuese superior a lo que me habían contado.
Un domingo del mes de septiembre decidí hacer lo que normalmente denomino una descubierta, en la que acostumbro a recorrer varios pueblos en forma un poco rápida para hacerme una idea de lo que puedo llegar a encontrarme, ver y que es lo que más merece la pena admirar.
Después de visitar varios lugares, admirar y como no, sufrir por su abandono y deterioro que día en día está padeciendo la iglesia de Paones, sobre todo el bello ábside románico, comprobar que en solo un año y pico que estuve por última vez, que se habían desprendido unas cuantas piedras más del interior del ábside, se habían ensañado los destructores, seres viles e inconscientes que destruyen y arrasan por el solo capricho de disfrutar en aniquilar el patrimonio que es de todos, emprendí camino hacia Brias.
La carretera, perdón por mi osadía al denominar así a ese mal camino, lleno de baches y trochas que parece este acondicionado por los fabricantes de neumáticos para poder aumentar la venta, que parte a la salida de Paones a su mano derecha.
Superados los seis kilómetros, ¿seguro que son seis?, (sinceramente da la sensación que esa cifra esté multiplicada por diez) que nos llevan a Brias, al entrar al pueblo se olvidan afortunadamente todas las vicisitudes de la indecente carreterucha que hemos dejado.
La primera impresión es que nos hemos equivocado de pueblo. No se puede comprender que en este lugar exista una torre de iglesia con esa valía y categoría.
Es cierto, ahí está, contemplándonos con su altivez, con su porte elegante y señorial. Era cierto, merecía la pena venir a contemplar aún cuando sólo sea esta hermosa torre. Si todo es igual a ella seguro que seguiré asombrándome con mayores bellezas.
Pregunté por el alcalde pedáneo, era un hombre abierto, simpático y agradable, junto a su mujer hacían una pareja encantadora siendo unos enamorados de su pueblo hasta la médula de los huesos. Ofrecióse a enseñarme la iglesia y todas las maravillas de “su” pueblo, tuve la suerte de no ser sólo él quien me acompañara, se agregaron otros vecinos del pueblo por lo que me puede enterar de grandes curiosidades y anécdotas simpatiquísimas, pero lamentables.
Cuando se abrieron las puertas de la iglesia entramos, mi cuerpo fue recorrido por un largo escalofrío de placer, quedé admirado de tanta grandeza de la nave y de los retablos que tiene. No pude menos que lanzar un ¡oh! muy prolongado y exclamar: “¡Qué maravilla!”.
¿Le gusta? Fue la pregunta que recibí al ver mi asombro. No supe ni qué contestar por encontrarme tan abismado y admirado que no tenía tiempo ni para despegar los labios. Pasado un rato dije: “Sí, es grandioso todo, realmente fabulosa y aun cuando me la habían ponderado sobremanera, jamás pensé encontrarme con algo similar.
Gracias a un vecino de Abanco, pueblo que visité al martes siguiente, junto con el de Brias, que de nuevo tuve que recorrer, pude comprobar que no me había equivocado sobre la fecha de construcción ni sobre algunos importantes detalles que guarda, al dejarme un libro editado en el año 1953 por E. Varela, descendiente de las familias que construyeron tanto la de de Brias como la de Abanco.
Inicióse la construcción en el año 1690 por el maestro arquitecto Manuel Conde, en orientación normal y en cruz latina, con gran bóveda circular en el centro del crucero, una sola nave con capilla independiente en el muro del Evangelio. Posee cinco retablos realzados por el Maestro Alonso Manzano, vecino de Valladolid, empezando el trabajo de los mismos el día 28 de abril de 1696, utilizando para la misma madera del pino del país. Son de estilo barroco y se encuentra sin decorar en el color noble de la madera.
En la capilla que hay independiente, se encuentra la Virgen con el Niño, que es conocida como Nuestra Señora de la Calzada. Impresionante imagen románica, posiblemente una de las piezas más antiguas y meritorias que se pueden encontrar y que puede pertenecer a finales del siglo XI o mediados del XII.
La puerta de la entrada principal se encuentra tapiada por tener malas condiciones las puertas y según me dijeron entraba demasiado frío por las rendijas, empleándose una situada en un lateral, junto a la entrada de la torre, encima de la puerta principal se encuentra un enorme y la torre está blasonada en el centro de sus cuatro lados por los escudos de la familia Aparicio-Navarro.
Mientras admiraba la imagen de Nuestra Señora de la Calzada, unos vecinos me comentaron que era una peña que la corona de la Virgen hubiese desaparecido, no le di mayor importancia aún cuando si era de la misma calidad de la que aún mantiene el niño seguramente fue de plata. Insistieron en varias ocasiones sobre el tema y pregunté: “¿Hace mucho que desapareció?”. “No, que va, hace muy pocos años. Un día que vino el Obispo del Burgo, un niño, ahora este mozo está estudiando en Madrid, comentó en voz alta: “¡Anda, ha robado la corona de la Virgen!”. El cura que entonces tenía a su cargo la parroquia, dándole un ligero meneo, le ordenó en forma tajante: “¡Calla niño o te doy una leche!”. Curioso, simpático, triste y lamentable, pues este cura vive en otro pueblo, sigue ejerciendo su ministerio, siendo sabido su nombre y lugar donde se encuentra en la actualidad.
A todos los vecinos del pueblo les gustaría conocer que ha pasado con la corona de la Virgen y saber si la pueden recuperar alguna vez. Yo creo que sí, que la podrán volver a ver sobre la cabeza de la venerada y maravillosa imagen. Quiero creer que fue retirada de la cabeza para su reparación y que por haber sido trasladado de la parroquia el cura encargado de la reparación, se le ha pasado el reintegrarla a la de Brias y la tendrá en otro lugar. Si así es, que solamente se puede pensar que así sea, espero que al salir a la luz este artículo, ese sacerdote retire la imagen en la que ha sido puesta la corona y la devuelva a su lugar, a la cabeza de la Virgen de la Calzada, es de Ella y lo lógico es que sea Ella la que la luzca, pertenece al pueblo de Brias y es lógico que sea el pueblo de Brias el que se alegre volviendo a ser coronada la imagen.
Un poco retirada del pueblo se encuentra la ermita de la Soledad, que en una época muy lejana, en realidad hasta la construcción de la nueva iglesia, fue la iglesia del pueblo, bajo la advocación de la Virgen de la Calzada. Una vez hundida la techumbre de aquella iglesia se convirtió en cementerio del pueblo.
Se conserva la antigua iglesia, posiblemente del siglo XII, la portada románica, con arco abocinado, seis columnas y seis capiteles, tres por lado de entrada. ¡Perdón! Ruego me perdonen este lápsus, son solamente cinco las columnas y los capiteles existentes, uno de ellos el central de la mano derecha, ha sido desmontado y robado y en la parte izquierda ya tiene preparado el bribón ladronazo que se llevó el otro para poderlo desmontar y robarlo tan ricamente, por lo que aconsejo a Teodoro Ayuso, alcalde de Brias, que con un poco de cemento, evitando que sufran daño aún cuando más sufrirán si se permite que lo roben también, sujeten de nuevo la columna al capitel y estos a la piedra base y alta.
En la parte interior se mantiene el ábside, con hermoso arco sustentado por dos fuerte columnas y bellísimos capiteles, en los que en uno de ellos, concretamente en el de la parte derecha, se ve perfectamente la talla de la Virgen de la Calzada, que se encuentra actualmente en la iglesia.
No, no he terminado de revelar maravillas de Brias, me falta decir del fabuloso y bien cuidado palacio que hay en el centro del pueblo, es de propiedad particular y reparada no hace mucho tiempo los tejados y las puertas, rodeado de gran y extenso jardín de huertas. Lo indico porque creo que en otro artículo tendré que hablar un poco más ampliamente de éste, como el que se encuentra en el pueblo de Abanco, que está separado de Brias por tres kilómetros, de distancia y también que dejaba para finalizar la fragua.
La fragua es un viejo y destartalado edificio casi a la salida del pueblo camino de la ermita de la Soledad. Pero ese destartalado local, tiene algo fuera de serie. ¡Demonios, cuánto alargo lo que puede ser! Es cierto, lo alargo por mi deseo de que a todos les suceda lo que a mí, que queden a-no-na-da-dos al contemplar un maravilloso sarcófago, posiblemente del siglo XV-XVI, semi enterrado en el suelo de la fragua y que durante años fue empleado para enfriar el agua que tenía los hierros de las rejas y otros utensilios de labor. Los habitantes ignoran lo que eso representaba y era, su valor o interés arqueológico.
Fue encontrado cerca de donde se halla la ermita y según algunos vecinos es posible que allí estuviese un cementerio, ya que cuando han labrado esa cerrada, se han encontrado lastras de piedra, que según un antiguo dueño pertenecían a tumbas que debían de haber por allí.
El pueblo carece de carretera de entrada como digo al principio del artículo, tiene las calles sin pavimentar. Está suficientemente abastecido de agua, de electricidad y hay un teléfono público rural. A parte de esto, carece de todo, de tiendas, bares, tabernas y ese largísimo etcétera.
Voy a reflejar su movimiento de población como dato curioso, no, como dato importante: En el 1867 su población fue de 278 habitantes. En 1961 era de 350 y en el 1987 solo con 50. Calculen el que lo desee el porcentaje del descenso sufrido en estos últimos años y agreguen que el 70 por ciento de los habitantes háyanse jubilados.
Sin embargo se puede asegurar que es junto al desolado Abanco uno de los puntos que podrían prosperar rápidamente.

No hay comentarios: