7 de agosto de 2008
Asómbrame, contúrbame y embóbame la grandeza del Gobierno de la gran España con todos sus reinecitos y condesitos en el existentes, de proveer a la GRAN PROVINCIA SORIANA, el ser protegida con esa cosa que ignoro su funcionamiento, para lo que sirve y además no me importa, que creo que se llama TDT.
¡ENHORABUENA!!! Señores diputacioniles, edílecos municipales por haber conseguido tan gran avance técnico en una región maravillosa y enorme con una superficie no muy grande y una elevada población que achanta a las grandes capitales del mundo.
¿Qué provincia, qué capital y qué pueblo? No voy a salirme de la nación hispana, puesto que compararla con alguna otra sería hacer demasiado el ridículo, simplemente nombrando algunos pequeños pueblos como Vigo, Sabadell y Alcoy, entre otros muchos más, su pequeña población supera con creces a la muy Pura Cabeza de Extremadura.
Se necesita muy poca vergüenza y menos dignidad, el aguantar que instalen esa nueva tecnología televisiva digital en una población que en pocos años se ha quedado a la altura de las suelas de las alpargatas al conseguir que el número de habitantes no llegue a las 100.000 personas.
Pocos años hace que me enamoré de ella y, afortunadamente, sigo estándolo pero en este tiempo, he visto con asombro como se han talado, voy a citar la situación, de nueve pinares en el corto recorrido de Almazán a Gómara. ¿Para qué? Para poder proporcionarse el plantar una hectárea y media de cereal porque se produce más cantidad al año. He visto ir desapareciendo la gente de los pueblos que han quedado abandonados, precisamente no por la ausencia económica, sino por el egoísmo, de recolectar, en aquel entonces, el tema era pesetístico, todo lo más posible.
Recuerdo en uno de los pueblos donde dí una conferencia, que cuando empecé vi que en el salón sólo había dos o tres mujeres y de edad adulta. Pregunté: “¿Es qué no hay mujeres jóvenes? Porque vosotros no sois viejos. ¿Es qué no estáis casados? Dije a los más de treinta asistentes”. Me hizo gracia la contestación porque ciertamente no estaban casados y todos eran “jóvenes” mozos. No me arrepiento de lo que dije puesto que de otra forma hubieran tenido que trabajar más para mantener a una mujer y a los hijos que podían tener. En aquellos momentos, hablé de cobardía, aun cuando cualquiera de ellos hubiera podido darme una soberana paliza, porque eran más grandes que yo. ¿Dignos? Más que yo no me lo creo.
En esos años vi como desapareció uno de los trenes que hubiera sido un buen negocio turístico, de haberlo mantenido. Conocido como Ciudad Dosante, iba de Soria a Calatayud. Un recorrido lento, viejos vagones y raíles pero quien haya montado en él jamás podrá negarme que el recorrido era de una belleza impresionante.
He visto desaparecer un tren que iba de Ariza a Valladolid; un poco cascajo también pero lo cogí unas cuantas veces.
He visto construirse pasos elevados para no obstruir la vía de los trenes, curiosamente uno de ellos es el de Soria a Calatayud en el pueblo de Cabrejas del Campo. Curiosamente el mayor tráfico que me he encontrado en esa carretera ha sido un tractor y una furgoneta que se cruzaron conmigo. ¡Gran peligro! Era necesario aquel paso elevado. Indiscutiblemente. Ahora posiblemente nadie recordará que esa obra se terminó tres días antes de que se suprimiera la línea férrea con sus correspondientes vagoncitos. De ese recorrido me gustaba la estación de Almazán porque ¿recuerdan que había dos? ¿Verdad? Una llamada Almazán Villa en la línea de Soria a Madrid; y de la otra no me da la gana decir el nombre porque es obligación de los sorianos y de los adamantinos saber el nombre de la estación que se perdió.
Luché con mucho entusiasmo en conseguir la firma de algunos pocos municipios para formalizar una gran majadería pues solamente la Mancomunidad del Campo de Gómara que un alcalde, que no lo era en ese momento, cuando le dije hace muy poco tiempo: “¿Cómo es posible que no hayáis conseguido nada para dar paso a nueva población y a la mejora de los pueblos? Me asombro y lo digo públicamente que atreviose a contestarme que lo que yo hice no tenía importancia porque la lucha la han hecho ellos. Jamás ninguno movió un dedo, y él mucho menos. Cómo no me voy a asustar al saber que el único hecho realizado por los jefecillos que están al cargo de la Mancomunidad es construir, con el dinero sacado al Gobierno autonómico, un edificio en el centro del pueblo para instalar las oficinas de ese organismo. JA, JA, JA, JA… Tengo que reírme sinceramente por la cara dura tan grande que tienen al hacer lo que no sirve para nada. Luché con gran entusiasmo y haciendo verdaderas virguerías, que nada más se yo, pero al fin se consiguió la constitución de la Mancomunidad Turística de la Ruta del Duero. No ha servido para nada. Perdón…. Qué no me salga nadie de estos pueblos diciendo que han hecho muchas cosas. Nada más faltó en algunas ocasiones que me hubiera tenido que poner de rodillas para decirle: “Hazme caso y constituirla que será una gran riqueza para vuestra provincia”.
Con el mayor de mis entusiasmos, un día, recorriendo los campos, vi una solución muy clara para levantar la zona de las Vicarías. Era muy sencillo. Se trataba de entubar un poco de agua del sobrante del agua de invierno del río Ebro en Almaray y en muy pocos kilómetros, bombearla hasta Nomparedes y descargarla en el mismo río Nágima que, por lógico, lleva el cauce hecho. ¿Quién podía ser beneficiado con eso? Juro que yo no. Pero los pueblos de Bliecos, Serón de Nágima, Fuentelmonge, Torlengua, Cañamaque y Monteagudo de las Vicarías, que es donde iría a terminar ese sobrante, justo en el pantano de las Vicarías que desde su construcción no se le ha visto con agua, hasta que algunos buenos humoristas reunían a los niños y decían: “A mear todos al mismo tiempo”. Entonces, en aquel entonces, sólo se podían ver unos pequeños charquitos. Reconozco que no era lógico que mucha gente me pusiera algunas pegas porque una de las que me daban era que al llegar el agua al pantano pasaban de cuenca. Y me decían: “Si Cuenca está muy lejos. ¿Cómo va a llegar el agua hasta allí”. Mi ignorancia no comprendía que aquellos grandes defensores de sus pueblos, se referían a que el Duero, de la Cuenca del Duero como es lógico, y al pasar a las Vicarías, sería de la Cuenca del Ebro. ¡Dios mío, qué catástrofe! Un trasvase antes de que llegara el Gobierno actual.
Hay muchas cosas que hacer Soria menos las de los diputacioniles y alcaldes de los pueblos, de pueblos bien y otros pueblos, para quienes lo más importante es fijarse un elevado sueldo y las dietas más sabrosonas.
En esa ocasión del trasvase éste, estaba como presidente de la Diputación un ser muy inteligente que quiso asistir conmigo a una reunión convocada para hablar con los alcaldes del tema. Curiosamente, los alcaldes me rogaron que no fuese con él porque no querían verle. La gente ignora, porque ignora todo, que aquel señor encontraba fantástica mi idea. (En aquel entonces pedí gastos de locomoción. Yo me pagaba la gasolina. Ni pedí que me pagaran ni los sobres ni los sellos de las cartas que yo mandaba) Aquel señor era el Presidente de la Diputación, señores y señoras, y hasta neutros que también los había. Tenía dentro de las nóminas a los aparejadores, los delineantes y hasta cartógrafos. Como diose la circunstancia de que se le encendió la bombilla, se le ocurrió una cosa mejor pero imposible y absurda totalmente. Hizo unos libros, yo tengo uno porque tuvo la gran delicadeza de regalármelo, con pastas en piel –ignoro si es de borrego- y grandes planos bien doblados para demostrar su eficacia.
Por favor, pido que no se rían si son inteligentes porque su ocurrencia era bombear agua del Duero en Soria capital hasta el Cerro de las Ánimas. Nada más había que construir un embalse allá arriba y con unas conducciones cementísticas, trasladar el agua, cuesta abajo y sin casi gasto en energía, para regar el campo de Gómara hasta llegar, no quiero meterme en muchas consideraciones, creo que al río de Nágima, a la altura de Serón.
Como es lógico, lo único que se consiguió con esa inyección de inteligencia superior es tener que reconocer la imposibilidad de que simplemente los mandamases de la Cuenca del Duero dieran su visto bueno a tal hazaña.
Resumen de esta última Mancomunidad, es que al cabo de 32 años, entre las discusiones mantenidas entre los alcaldes de los pueblos, la casa sigue sin barrer.
Dentro de unos cuantos días espero D.m. estar en estos pueblos intentando reunirme con sus alcaldes para ver si consigo convencerles de la necesidad que tienen estos pueblos y si no que nos vayan cerrando. Cuando se necesita algo tan importante como el agua para mejorar los campos, subsistir y beber para poder soportar las canículas y los fríos, hoy a eso se denomina agua de boca. Así que perdónenme si la tengo que utilizar. Sinceramente, la pedantería, la fantochedad vista y asombrada de algunos jerinfantes y jerifantillos ha sido asombrosa.
¿Cómo es posible que se haya admitido dar tanta publicidad de la bondad del Gobierno de la nación de conceder a una provincia, carente de suficiente población, a bombo y platillo, la instalación de Televisión Digital Terrrestre? Sinceramente se escribe todo lo que significa la TDT porque mi ignorancia al respecto es increíble. Es algo que me han intentado colocar por teléfono diciéndome que podía disponer de cincuenta y tantos canales y yo pensé que si sólo quería ver cinco minutos un canal, verlos todos me ocuparía más de dos horas y media, por lo tanto, siempre me he negado a esa tontería ya que de los seis de los que dispongo, me sobran cuatro desde hace tiempo. Sinceramente siento no poder dedicar un tiempo maravilloso para enterarme de la vida de gente que no me importa y que además no me importan. ¿Saben de quién hablo? De mucha gente.
Basta ya de cachondeo con la provincia soriana. Cojan ya al toro por los cuernos y sino tendré que seguir diciendo en mis artículos: DIOS GUARDE A SORIA porque sino los gobiernos de turno la seguirán despreciando de forma absoluta y total.
Asómbrame, contúrbame y embóbame la grandeza del Gobierno de la gran España con todos sus reinecitos y condesitos en el existentes, de proveer a la GRAN PROVINCIA SORIANA, el ser protegida con esa cosa que ignoro su funcionamiento, para lo que sirve y además no me importa, que creo que se llama TDT.
¡ENHORABUENA!!! Señores diputacioniles, edílecos municipales por haber conseguido tan gran avance técnico en una región maravillosa y enorme con una superficie no muy grande y una elevada población que achanta a las grandes capitales del mundo.
¿Qué provincia, qué capital y qué pueblo? No voy a salirme de la nación hispana, puesto que compararla con alguna otra sería hacer demasiado el ridículo, simplemente nombrando algunos pequeños pueblos como Vigo, Sabadell y Alcoy, entre otros muchos más, su pequeña población supera con creces a la muy Pura Cabeza de Extremadura.
Se necesita muy poca vergüenza y menos dignidad, el aguantar que instalen esa nueva tecnología televisiva digital en una población que en pocos años se ha quedado a la altura de las suelas de las alpargatas al conseguir que el número de habitantes no llegue a las 100.000 personas.
Pocos años hace que me enamoré de ella y, afortunadamente, sigo estándolo pero en este tiempo, he visto con asombro como se han talado, voy a citar la situación, de nueve pinares en el corto recorrido de Almazán a Gómara. ¿Para qué? Para poder proporcionarse el plantar una hectárea y media de cereal porque se produce más cantidad al año. He visto ir desapareciendo la gente de los pueblos que han quedado abandonados, precisamente no por la ausencia económica, sino por el egoísmo, de recolectar, en aquel entonces, el tema era pesetístico, todo lo más posible.
Recuerdo en uno de los pueblos donde dí una conferencia, que cuando empecé vi que en el salón sólo había dos o tres mujeres y de edad adulta. Pregunté: “¿Es qué no hay mujeres jóvenes? Porque vosotros no sois viejos. ¿Es qué no estáis casados? Dije a los más de treinta asistentes”. Me hizo gracia la contestación porque ciertamente no estaban casados y todos eran “jóvenes” mozos. No me arrepiento de lo que dije puesto que de otra forma hubieran tenido que trabajar más para mantener a una mujer y a los hijos que podían tener. En aquellos momentos, hablé de cobardía, aun cuando cualquiera de ellos hubiera podido darme una soberana paliza, porque eran más grandes que yo. ¿Dignos? Más que yo no me lo creo.
En esos años vi como desapareció uno de los trenes que hubiera sido un buen negocio turístico, de haberlo mantenido. Conocido como Ciudad Dosante, iba de Soria a Calatayud. Un recorrido lento, viejos vagones y raíles pero quien haya montado en él jamás podrá negarme que el recorrido era de una belleza impresionante.
He visto desaparecer un tren que iba de Ariza a Valladolid; un poco cascajo también pero lo cogí unas cuantas veces.
He visto construirse pasos elevados para no obstruir la vía de los trenes, curiosamente uno de ellos es el de Soria a Calatayud en el pueblo de Cabrejas del Campo. Curiosamente el mayor tráfico que me he encontrado en esa carretera ha sido un tractor y una furgoneta que se cruzaron conmigo. ¡Gran peligro! Era necesario aquel paso elevado. Indiscutiblemente. Ahora posiblemente nadie recordará que esa obra se terminó tres días antes de que se suprimiera la línea férrea con sus correspondientes vagoncitos. De ese recorrido me gustaba la estación de Almazán porque ¿recuerdan que había dos? ¿Verdad? Una llamada Almazán Villa en la línea de Soria a Madrid; y de la otra no me da la gana decir el nombre porque es obligación de los sorianos y de los adamantinos saber el nombre de la estación que se perdió.
Luché con mucho entusiasmo en conseguir la firma de algunos pocos municipios para formalizar una gran majadería pues solamente la Mancomunidad del Campo de Gómara que un alcalde, que no lo era en ese momento, cuando le dije hace muy poco tiempo: “¿Cómo es posible que no hayáis conseguido nada para dar paso a nueva población y a la mejora de los pueblos? Me asombro y lo digo públicamente que atreviose a contestarme que lo que yo hice no tenía importancia porque la lucha la han hecho ellos. Jamás ninguno movió un dedo, y él mucho menos. Cómo no me voy a asustar al saber que el único hecho realizado por los jefecillos que están al cargo de la Mancomunidad es construir, con el dinero sacado al Gobierno autonómico, un edificio en el centro del pueblo para instalar las oficinas de ese organismo. JA, JA, JA, JA… Tengo que reírme sinceramente por la cara dura tan grande que tienen al hacer lo que no sirve para nada. Luché con gran entusiasmo y haciendo verdaderas virguerías, que nada más se yo, pero al fin se consiguió la constitución de la Mancomunidad Turística de la Ruta del Duero. No ha servido para nada. Perdón…. Qué no me salga nadie de estos pueblos diciendo que han hecho muchas cosas. Nada más faltó en algunas ocasiones que me hubiera tenido que poner de rodillas para decirle: “Hazme caso y constituirla que será una gran riqueza para vuestra provincia”.
Con el mayor de mis entusiasmos, un día, recorriendo los campos, vi una solución muy clara para levantar la zona de las Vicarías. Era muy sencillo. Se trataba de entubar un poco de agua del sobrante del agua de invierno del río Ebro en Almaray y en muy pocos kilómetros, bombearla hasta Nomparedes y descargarla en el mismo río Nágima que, por lógico, lleva el cauce hecho. ¿Quién podía ser beneficiado con eso? Juro que yo no. Pero los pueblos de Bliecos, Serón de Nágima, Fuentelmonge, Torlengua, Cañamaque y Monteagudo de las Vicarías, que es donde iría a terminar ese sobrante, justo en el pantano de las Vicarías que desde su construcción no se le ha visto con agua, hasta que algunos buenos humoristas reunían a los niños y decían: “A mear todos al mismo tiempo”. Entonces, en aquel entonces, sólo se podían ver unos pequeños charquitos. Reconozco que no era lógico que mucha gente me pusiera algunas pegas porque una de las que me daban era que al llegar el agua al pantano pasaban de cuenca. Y me decían: “Si Cuenca está muy lejos. ¿Cómo va a llegar el agua hasta allí”. Mi ignorancia no comprendía que aquellos grandes defensores de sus pueblos, se referían a que el Duero, de la Cuenca del Duero como es lógico, y al pasar a las Vicarías, sería de la Cuenca del Ebro. ¡Dios mío, qué catástrofe! Un trasvase antes de que llegara el Gobierno actual.
Hay muchas cosas que hacer Soria menos las de los diputacioniles y alcaldes de los pueblos, de pueblos bien y otros pueblos, para quienes lo más importante es fijarse un elevado sueldo y las dietas más sabrosonas.
En esa ocasión del trasvase éste, estaba como presidente de la Diputación un ser muy inteligente que quiso asistir conmigo a una reunión convocada para hablar con los alcaldes del tema. Curiosamente, los alcaldes me rogaron que no fuese con él porque no querían verle. La gente ignora, porque ignora todo, que aquel señor encontraba fantástica mi idea. (En aquel entonces pedí gastos de locomoción. Yo me pagaba la gasolina. Ni pedí que me pagaran ni los sobres ni los sellos de las cartas que yo mandaba) Aquel señor era el Presidente de la Diputación, señores y señoras, y hasta neutros que también los había. Tenía dentro de las nóminas a los aparejadores, los delineantes y hasta cartógrafos. Como diose la circunstancia de que se le encendió la bombilla, se le ocurrió una cosa mejor pero imposible y absurda totalmente. Hizo unos libros, yo tengo uno porque tuvo la gran delicadeza de regalármelo, con pastas en piel –ignoro si es de borrego- y grandes planos bien doblados para demostrar su eficacia.
Por favor, pido que no se rían si son inteligentes porque su ocurrencia era bombear agua del Duero en Soria capital hasta el Cerro de las Ánimas. Nada más había que construir un embalse allá arriba y con unas conducciones cementísticas, trasladar el agua, cuesta abajo y sin casi gasto en energía, para regar el campo de Gómara hasta llegar, no quiero meterme en muchas consideraciones, creo que al río de Nágima, a la altura de Serón.
Como es lógico, lo único que se consiguió con esa inyección de inteligencia superior es tener que reconocer la imposibilidad de que simplemente los mandamases de la Cuenca del Duero dieran su visto bueno a tal hazaña.
Resumen de esta última Mancomunidad, es que al cabo de 32 años, entre las discusiones mantenidas entre los alcaldes de los pueblos, la casa sigue sin barrer.
Dentro de unos cuantos días espero D.m. estar en estos pueblos intentando reunirme con sus alcaldes para ver si consigo convencerles de la necesidad que tienen estos pueblos y si no que nos vayan cerrando. Cuando se necesita algo tan importante como el agua para mejorar los campos, subsistir y beber para poder soportar las canículas y los fríos, hoy a eso se denomina agua de boca. Así que perdónenme si la tengo que utilizar. Sinceramente, la pedantería, la fantochedad vista y asombrada de algunos jerinfantes y jerifantillos ha sido asombrosa.
¿Cómo es posible que se haya admitido dar tanta publicidad de la bondad del Gobierno de la nación de conceder a una provincia, carente de suficiente población, a bombo y platillo, la instalación de Televisión Digital Terrrestre? Sinceramente se escribe todo lo que significa la TDT porque mi ignorancia al respecto es increíble. Es algo que me han intentado colocar por teléfono diciéndome que podía disponer de cincuenta y tantos canales y yo pensé que si sólo quería ver cinco minutos un canal, verlos todos me ocuparía más de dos horas y media, por lo tanto, siempre me he negado a esa tontería ya que de los seis de los que dispongo, me sobran cuatro desde hace tiempo. Sinceramente siento no poder dedicar un tiempo maravilloso para enterarme de la vida de gente que no me importa y que además no me importan. ¿Saben de quién hablo? De mucha gente.
Basta ya de cachondeo con la provincia soriana. Cojan ya al toro por los cuernos y sino tendré que seguir diciendo en mis artículos: DIOS GUARDE A SORIA porque sino los gobiernos de turno la seguirán despreciando de forma absoluta y total.